Esta selección reúne cuatro especies nutritivas y versátiles:

• Espinaca de árbol (Chenopodium giganteum): Planta anual de hasta 2 metros de altura con hojas verdes y matices rosas. Rica en vitamina B2, vitamina C, hierro y proteína, superior a la espinaca común. Se adapta a cualquier clima y suelo. Las hojas, flores y semillas son comestibles.

• Espinaca malabar (Basella alba): Trepadora anual de hojas suculentas y verdes, originaria de Asia. Ideal para climas cálidos. Sus hojas tiernas se utilizan en ensaladas y cocidos. Requiere podas frecuentes debido a su crecimiento vigoroso.

• Huauzontle (Chenopodium sp.): Planta anual mexicana de hasta 2 metros de altura. Sus flores y hojas tiernas se comen capeadas o en tamales. Prefiere siembras directas y se desarrolla bien en zonas templadas.

• Arúgula silvestre (Diplotaxis tenuifolia): Herbácea perenne de sabor intenso y picante, más fuerte que la arúgula común. Resiste el frío y climas templados. Fácil de cultivar en suelos alcalinos y ricos en materia orgánica.

Áreas potenciales de siembra:

• Espinaca de árbol: 10 m² por 0.5 g (1000 semillas aprox.)

• Espinaca malabar: 20 m² por 3 g (100 semillas aprox.)

• Huauzontle: 5 m² por 0.4 g (450 semillas aprox.)

• Arúgula silvestre: 12 m² por 0.5 g (150 semillas aprox.)

Siembra:
Cada especie tiene requerimientos específicos: siembra directa para la espinaca de árbol, huauzontle y espinaca malabar, y en almácigo para la arúgula silvestre, seguida de trasplante.

Clima recomendado:
Desde climas fríos hasta cálidos, adaptándose según la especie.

Notas:
Son variedades tradicionales, de fácil cultivo y altamente nutritivas, ideales para diversificar huertos y aumentar la producción de hojas comestibles en distintas condiciones climáticas.